Cuando estamos al frente de nuestras empresas, y nos disponemos a realizar la planeación de mercadeo; cuando nos centramos en crear esa estrategia con la cual enamoraremos a los clientes, con la que seremos los numero uno en sus mentes y con la cual los convenceremos de que al comprar nuestro producto o servicio obtendrá mejores beneficios que los que ofrece la competencia, es común imaginarse lo que haríamos si pudiéramos leer la mente de nuestros consumidores, e incluso, lo que haríamos si pudiéramos controlarlas.
Sin embargo, al volver a la realidad, nos damos cuenta que eso no es posible. Si queremos que los clientes compren nuestros productos, tenemos que hacer llegar de forma efectiva el mensaje que deseamos transmitirles sobre este. Pero, ¿Cómo logramos que nuestros clientes reciban con agrado nuestra marca o producto?;¿Cómo logramos tener un posicionamiento en su mente?; ¿Debo gastar millones y millones en publicidad?; ¿Debo dejarle todo a Internet?
A decir verdad, no existe una única respuesta a estas preguntas, una solución que por sí sola nos garantice el éxito, pero, después de leer diferentes autores, después de dedicar horas y horas en la búsqueda de esa solución mágica, encontré en el libro “buyology” de Martin Lindstrom, algunas herramientas muy bien argumentadas y sustentadas a partir de una gran investigación de NeuroMarketing, que sin duda alguna podrían reducir significativamente la distancia entre nuestra marca y el cerebro de nuestro consumidor.
A decir verdad, no existe una única respuesta a estas preguntas, una solución que por sí sola nos garantice el éxito, pero, después de leer diferentes autores, después de dedicar horas y horas en la búsqueda de esa solución mágica, encontré en el libro “buyology” de Martin Lindstrom, algunas herramientas muy bien argumentadas y sustentadas a partir de una gran investigación de NeuroMarketing, que sin duda alguna podrían reducir significativamente la distancia entre nuestra marca y el cerebro de nuestro consumidor.
Uno de los principales consejos que pude rescatar y que quiero compartir con ustedes de Lindstrom, es que a pesar de que todos estamos enterados que los seres humanos poseemos 5 sentidos, al dirigirnos a nuestros clientes, son muy pocas las empresas las que lo hacen valiéndose de todos y cada uno de ellos, por lo general, los más usados son los sentidos de la vista, el oído y el gusto. Sin embargo, dejamos de aprovechar sentidos tan o incluso más importantes para generar vínculos con los clientes, como lo son: el tacto y el gusto. Y según argumenta el autor, la combinación de estos puede generar una mayor influencia sobre los consumidores, traducida en mayores ventas.
Debemos esforzarnos por darle a nuestra marca ese toque de autenticidad que pueda ser descifrada por el cerebro del cliente a partir del uso de cada uno de sus sentidos, que sin tener que recurrir a los típicos canales invasivos de publicidad, el cliente pueda pensar en nosotros incluso en los momentos más rutinarios de su día a día.
Podría dedicarle unas páginas a escribir algunos ejemplos que Lindstrom revela en su libro sobre cómo aplicar Marketing a partir de la explotación de los sentidos, y algunos tantos que se me han ocurrido a mí. Pero para lograr transmitir de una forma más efectiva mi punto y que ustedes puedan ver de la importancia de esta estrategia y como hoy por hoy las empresas más grandes se están valiendo de ellas, he preferido compartir el siguiente vídeo, que muestra como una de las marcas más reconocidas del mundo como lo es Dunkin' Donuts se vale de estos métodos para así, generar un vínculo con sus clientes, en los aspectos más cotidianos de su vida, sin recurrir a los métodos de publicidad tradicional. Espero que les guste y por supuesto sus comentarios.
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