viernes, 8 de agosto de 2014

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Habitualmente, cuando se habla de innovación se suele pensar en esos grandes inventos que han cambiado la historia de la humanidad, que han sido creados por seres humanos con mentes prodigiosas como: Steve Jobs, thomas edison o mark zuckerberg. Inventos de los cuales nos hemos apalancado para llegar a gozar de ciertos privilegios que en algún momento pudieron parecer inalcanzables. Pero, ¿la capacidad de innovar es exclusiva de algunos pocos que han nacido con un don?¿Para innovar en una empresa tengo que invertir grandes cantidades de dinero? Para fortuna nuestra, la respuestas a estas preguntas es un NO rotundo. Existen muchas formas de innovar, muchos aspectos que podemos trabajar cada uno de los seres humanos para desarrollar esta habilidad y muchas metodologías de las que podemos apoyarnos para que estos procesos verdaderamente ocurran.

Uno de los principales pensamientos erróneos acerca de la innovación es que tras innovar el resultado será un nuevo producto. Sin embargo, el proceso innovador no necesariamente tiene que resultar en esto, es posible identificar nuevas formas de usar productos ya existentes, nuevas formas de realizar un proceso, o porque no nueva formas de mezclar productos.

Una de las metodologías más usadas para apoyar los procesos de innovación en las empresas es la metodología conocida como Scamper, técnica consiste en una lluvia de ideas, con las cuales buscamos identificar las diferentes oportunidades de innovar en un determinado producto servicio o proceso, en palabras de Estanislao Bachrach en su libro AgilMente “se realiza con una serie de preguntas oportunas y dirigidas. Las preguntas se relacionan con Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Proponer otros usos, Eliminar y Reordenar” es decir, sometemos nuestro desafío de innovación a preguntas como: ¿Qué podría modificarle para hacer mejor mi producto? ¿Con que producto podria combinarlo para hacer que verdaderamente se cree valor? Esto, con cada una de las variables anteriormente mencionadas, podrían traer un enriquecimiento sin medida de nuestro producto, traducido en un mayor incremento de las ventas y mayores beneficios para nuestros clientes.

Como pueden ver existen técnicas sencillas, que facilitan verdaderamente el proceso innovador, que aplicandolas adecuadamente podríamos generar un cambio estructural en nuestras empresas, incluso sin la necesidad de contar con cuantiosas sumas de dinero como las que destinan en ocasiones  las grandes organizaciones. 

Por último no queda más que hacer la invitación a utilizar esta o cualquier otra herramienta que conozcan, para que la innovación se vuelva una constante en sus vidas y sus empresas, sobre todo en las tan nombradas StartUps, las cuales encuentran su verdadero factor de crecimiento en la innovación. Y así, podamos ser parte del ritmo acelerado de desarrollo que vive nuestra sociedad.  

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