Si vives en Cúcuta o has visitado esta ciudad, probablemente alguna vez en tu vida hayas comido o por lo menos escuchado hablar de las hamburguesas de “JuanK”. Si no eres cucuteño, te contextualizo en lo que este significa para la localidad. “JUANK” es un restaurante especializado en comidas rápidas que con el pasar de los años se ha ido convirtiendo en uno de los lugares más tradicionales de la ciudad en donde podemos disfrutar de alimentos dignos del paladar más exigente. Su especialidad: las hamburguesas, las cuales algunos llegan a calificar sin temor alguno como las mejores de la ciudad. Sin embargo, a pesar de ese éxito del que goza hoy este restaurante, es poco lo que se sabe de esa persona que por más de 28 años ha estado llevando las riendas de este negocio.
Su nombre: Don Juan Carlos Prada Vélez o Juan k, como es conocido. Nació en Bogotá, pero se encuentra radicado en Cúcuta desde los cinco años de edad, y como el mismo lo dice, es más cucuteño que cualquiera. Este hombre, el mayor de los 5 hijos de don Luis Ernesto Prada y de doña Perla Betty Velez, quien estudio cinco semestres de arquitectura y cinco más de contaduría pública, las cuales tuvo que abandonar por dificultades económicas, se ha encargado de construir una de las empresas más queridas y de mayor recordación por los cucuteños, pero ¿Cuál es la historia detrás de esta marca?
Todo inicio hace 28 años, él trabajaba un negocio local de sus cuñadas llamado “Las auténticas”, a pesar de que no tenía experiencia, pronto se dio cuenta de que él quería tener su propio negocio. Armado de mucha valentía, en un carro de perros y en compañía de su esposa y una empleada, decidió iniciar su negocio en el patio de su casa, lugar en donde hoy es la sede principal en el parque de la ceiba. El mismo se encargaba de preparar los alimentos y de ir ajustando la receta que poco a poco se convertiría en la que hoy conocemos.
Para aquel entonces, sus ventas mensuales llegaban a una cifra cercana a los 180 mil pesos (280 pesos era el valor de una hamburguesa en esa época), sus principales clientes eran sus familiares y amigos, quienes en varias ocasiones le recomendaron desistir de su emprendimiento, pues para ellos el camino que iniciaba era un camino incierto y complicado. No obstante, Don Juan Carlos continuo, ya que como lo explica en sus propias palabras: “siempre pensé en que yo no iba a tener solo un carro de perros, sabía que estaba para cosas grandes”. Fue marcado por una frase que en alguna ocasión le dijo un tío suyo: “muchos son los que arrancan, pocos los que terminan”. Debido a esto, Don Juan Carlos se despierta cada día por ser de esos pocos que terminan. Esa determinación ha sido la que lo ha llevado a enfrentar y salir victorioso de esa cantidad de problemas que viven las empresas colombianas, como por ejemplo, cuando dio el paso de la informalidad a la formalidad y tuvo que liar con una cantidad de impuestos a los que anteriormente no estaba acostumbrado.
Hoy en día, su pequeño carrito de perros se transformó en 3 puntos de venta, dos de ellos en los centros comerciales más importantes de la ciudad. Es un hombre que sabe que en cada problema hay latente una oportunidad, le encanta la competencia porque entiende que ella lo hace mejorar, sueña con algún día poder superar a cadenas tan reconocidas como El Corral e incluso McDonald’s, cuenta que el secreto de su éxito está en la organización, dedicación y mucha pero mucha constancia. Sin duda alguna, Don Juan Carlos es un ejemplo a seguir para todos esos quienes hoy estamos iniciando como emprendedores, pues al conversar con él, 28 años después de iniciar su camino emprendedor, aun se puede ver viva esa pasión por lo que está haciendo, esas ganas de seguir creciendo y de seguir entregándole a su ciudad lo mejor de sí.
No puedo culminar sin antes agradecer a Don Juan Carlos por su gentileza al atenderme, a su hija Perla y a mi amigo Daniel Contreras quienes se encargaron de hacer que la entrevista fuera posible y poder compartirla con todos ustedes, GRACIAS.
UN HOMBRE BERRACO.. CON MUCHA PERSEVERANCIA Y CONVENCIDO DE QUE LAS COSAS SE PUEDEN...AMANTE DE CUCUTA
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