Recientemente, mientras observaba el “Timeline” de una de mis redes sociales se despertó en mí, gracias a un comentario de uno de mis contactos, unas dudas referente al enfoque que se le está dando al emprendimiento en nuestro país. Ciertamente no había pasado por mi mente estos cuestionamientos hasta el momento en que vi ese comentario, estas dudas son: ¿Se le están dedicando demasiados esfuerzos a los emprendimientos de tipo tecnológico? , ¿Estamos creando la sensación de que ya no son necesarios emprendimientos de otros tipos diferentes a este? o simplemente ¿Estamos dejando a un lado a esos emprendedores cuyo sueño es crear una agroindustria, una empresa textil o incluso aquellos cuyo emprendimiento está basado en el arte?
Y la verdad es que no pude dejar de pensar en que en cierto modo las respuestas a esas preguntas son un lamentable si, y no culpo a entidades como: Innpulsa, parquesoft, Ruta N o Hubbog quienes han hecho una gran labor promoviendo este tipo de emprendimiento, capacitando e incluso ayudando a conseguir recursos a quienes han decidido apostar por este sueño. Sin embargo, han hecho tan bien su labor que se ha venido generando la percepción de que para tener éxito como emprendedor, poder sobresalir en el mundo empresarial y poder gozar de esa vida de privilegios que siempre hemos soñado es necesario entrar de lleno en el mundo tecnológico, generar una aplicación, sitio web, o cualquier tipo de tecnología que cambie nuestro mundo.
No obstante, estamos dejando de apoyar en ese camino lleno de obstáculos a otro tipo de emprendedores y con ello estamos perdiendo la oportunidad de acortar las distancias entre el subdesarrollo que tiene nuestro país en diferentes campos respecto a otros países de la región, estamos perdiendo la oportunidad de fortalecer nuestro sector rural a partir de nuevos empresarios del agro, estamos perdiendo la oportunidad fortalecer nuestro sector financiero, estamos perdiendo la oportunidad de fortalecer nuestro sector textil y otros más que requieren de ese empuje con el que solo cuentan los emprendedores.
Si, desde luego tengo claro que para un crecimiento de cualquier sector es preciso apoyarse en el mundo tecnológico y sería el ideal generar tecnología que pudiera aumentar la productividad en diversos sectores. Pero, también tengo claro que los esfuerzos no los estamos dedicando justamente a fortalecer esas debilidades que tenemos identificadas en tantos aspectos. Estamos apoyando emprendimientos que no están siendo las fuentes generadoras de empleo esperadas, estamos apoyando emprendimientos que no nos hacen más productivos, estamos apoyando emprendimientos que no están hechos con el sueño de perdurar en el tiempo, sino que por el contrario, el sueño de muchos se ha ido alienando con la ilusión que se vende desde Silicon Valley, en la cual un joven, crea una aplicación generada para el gusto de las masas, que en solo cuestión de años es vendida por cientos de millones de dólares, a pesar de que estos son solo unos casos excepcionales, no solo en Silicon Valley sino en todo el mundo empresarial.
No quiero decir tampoco que debemos dejar de apoyar estas iniciativas, simplemente quiero recalcar que para lograr ese ideal de país que queremos, en donde el agro vuelva a tener esa importancia que tuvo en años anteriores en nuestra economía, en donde el sector financiero siga fortaleciéndose, en donde el arte y la cultura sean un referente para el mundo, en donde la tasa de desempleo siga con su tendencia a la baja, en donde la brecha entre los ricos y los pobres sea cada vez menor. Tenemos que abrirles las puertas y acoger en nuestros ecosistemas de emprendimiento a todas esas personas que desde los diferentes sectores de la economía, tengan en su mente el deseo de alcanzar su sueño, de generar empresa, de generar empleo y generar progreso. Pues desde mi percepción personal, creo que la tecnología nos está convirtiendo en muy buenos vendedores, pero no nos está fortaleciendo como productores.
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