Cuando estamos al frente de nuestras empresas, y nos disponemos a realizar la planeación de mercadeo; cuando nos centramos en crear esa estrategia con la cual enamoraremos a los clientes, con la que seremos los numero uno en sus mentes y con la cual los convenceremos de que al comprar nuestro producto o servicio obtendrá mejores beneficios que los que ofrece la competencia, es común imaginarse lo que haríamos si pudiéramos leer la mente de nuestros consumidores, e incluso, lo que haríamos si pudiéramos controlarlas.
Sin embargo, al volver a la realidad, nos damos cuenta que eso no es posible. Si queremos que los clientes compren nuestros productos, tenemos que hacer llegar de forma efectiva el mensaje que deseamos transmitirles sobre este. Pero, ¿Cómo logramos que nuestros clientes reciban con agrado nuestra marca o producto?;¿Cómo logramos tener un posicionamiento en su mente?; ¿Debo gastar millones y millones en publicidad?; ¿Debo dejarle todo a Internet?