Todo emprendedor sueña con alcanzar el éxito, con llegar a ser esa persona que es admirada por otros debido a su gran desempeño en el mundo de los negocios. Sin embargo, una vez es alcanzada esta meta, el emprendedor debe tener claro que su mayor reto apenas comienza y está fundamentado en una simple pregunta: ¿Cómo logro mantenerme a través del tiempo en la cima?
Sin lugar a duda, por el simple hecho de que la gestión empresarial no es una ciencia exacta, no podremos dar una respuesta única y contundente a esta pregunta. No obstante, desde nuestro punto de vista existen dos de las cientos de variables que el empresario no puede permitirse descuidar. Una de estas es que actualmente estamos en un mercado muy dinámico, en el que lo que hoy parece marcar una tendencia y parece no tener fin, rápidamente termina por reflejar lo que verdaderamente es: una moda, que como tal, rápidamente termina quedando en el olvido de los consumidores quienes hasta hace solo unos pocos días, juraban lealtad eterna hacia una compañía. Y la otra variable que no debemos descuidar, es que estamos en un mercado global, y así logremos el éxito en determinado continente, país o ciudad y que nuestros productos estén dirigidos únicamente a estos segmentos, somos competencia directa con empresas que pueden tener visiones más ambiciosas que las nuestras e incluso, como nunca, somos vulnerables ante aquellas empresas que hasta ahora están iniciando desde cualquier rincón del mundo.
Ante este contexto el mejor consejo que se le puede dar a un emprendedor que ha tenido éxito, es que no se crea el cuento, que entienda que para continuar vigente en el mercado tiene que tener claro que este éxito de hoy, no es más que una pequeña victoria de una gran guerra que apenas comienza; debe recordar esa hambre de mejora que lo caracterizo para llegar a la posición en la que se encuentra hoy por hoy. Además, debe tener la capacidad de reinventarse cada día, así esto suponga dejar atrás ciertos costumbres que en algún momento pudieron hacerlo llegar al éxito del que goza o incluso el mismo modelo de negocio de la compañía, pues al fin y al cabo, vale la pena recordar que el hoy mundialmente famoso, Grupo Samsung, tuvo sus orígenes en la venta de verduras y pescados para la exportación, y que si sus directivos no hubiesen tenido la habilidad de reinventarse e innovar, quizás una de las mayores empresas de la industria tecnológicas nunca hubiese visto la luz.
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